
Si observamos la plancha de trazar, podemos apreciar que tiene límites, representada por la guardilla dentada, sin embargo, esto indica que hay tiempo-espacio no incluido en la vida de la humanidad. Lo que permite inferir que hay tiempo antes y después del hombre, que las especies nacen y mueren en el tiempo. Es más, esto permite inferir que nuestros conocimientos están determinados por los procesos de conocer, los que a su vez son una parte del tiempo. Lo que implica que hay procesos cósmicos que están ocurriendo en este momento, que al tener dimensiones mayores a los establecidos por los procesos humanos de conocer, no pueden ser comprendidos, sin embargo, pese a esta falta de comprensión humana, no se puede negar su presencia, pues ellos influyen en nuestro devenir, aunque no seamos concientes de su influencia.
Las primeras reflexiones se remontan a la Edad Antigua:
- Platón: el tiempo es la imagen móvil de la eternidad. Refleja el debate de la época entre el tiempo subjetivo (el de cada persona), el tiempo objetivo (cronos o duración de los acontecimientos), y el concepto de eternidad (tiempo inmortal y divino, sin principio ni fin) introducido por Aristóteles.Las unidades de tiempo más corrientes, como las diferentes épocas del año, o el día y la noche, contribuyen a introducir en la cultura de nuestros antepasados la mentalidad cíclica asociada a tales fenómenos.
- Pericles: Un ciclo sigue al otro en un proceso infinito, cada época no es sino una parte del todo. “Todas las cosas de este mundo están abocadasal declive”.
Para esta mentalidad cíclica, repetitiva, sin ilusión ni creatividad, el tiempo humano es tan exacto como el del entorno, sin opción a variaciones deliberadas. Todo se considera condicionado por el destino.
Esta noción del tiempo como fuente de progreso añade la dimensión social al debate de la Antigüedad sobre los elementos objetivo, subjetivo y eterno (o cíclico) del tiempo. La polémica se prolonga hasta la época moderna, cuando el tiempo es percibido, bien como realidad absoluta (una realidad completa en sí misma), bien como propiedad (de las cosas) o también como relación, como decía Aristóteles (más que una realidad, el tiempo es una relación).Lo mas relevante es la descripción del tiempo como algo continuo, ilimitado, de una sola dirección y dimensión, homogéneo y fluyendo siempre del mismo modo.
Esta noción del tiempo como fuente de progreso añade la dimensión social al debate de la Antigüedad sobre los elementos objetivo, subjetivo y eterno (o cíclico) del tiempo. La polémica se prolonga hasta la época moderna, cuando el tiempo es percibido, bien como realidad absoluta (una realidad completa en sí misma), bien como propiedad (de las cosas) o también como relación, como decía Aristóteles (más que una realidad, el tiempo es una relación).Lo mas relevante es la descripción del tiempo como algo continuo, ilimitado, de una sola dirección y dimensión, homogéneo y fluyendo siempre del mismo modo.
- Newton profundiza en esta descripción y establece el tiempo como algo absoluto, verdadero y matemático, que transcurre uniformemente. Descarta el factor subjetivo e introduce la medición matemática del tiempo con ayuda de relojes. Para éste el tiempo es sólo una magnitud, una unidad de medida, puesto que en un mundo en movimiento no hay lugar para el presente.La visión newtoniana recupera el determinismo de los primeros momentos porque considera que la historia cósmica está ya escrita. El tiempo se inscribe en el espacio, el pasado y el futuro están escritos en el instante presente para el que sepa leerlos.
- Einstein, en la primera mitad del siglo XX, formula la teoría de la Relatividad Especial, la cual establece la unión del tiempo y el espacio en un nuevo conceptos. Además, afirma que el tiempo es la cuarta dimensión de la realidad exponiendo que los objetos no sólo tienen longitud, altura y profundidad, sino que igualmente están inmersos en un proceso temporal inevitable que tiene tanta importancia como las otras tres dimensiones físicas.La gran trascendencia de la aportación de Einstein radica en la unificación que realiza de conceptos básicos aplicados a la realidad: no sólo establece que la materia es simultáneamente onda y partícula, sino que el tiempo y el espacio son también facetas diferentes de un todo cuatridimensional que es el llamado espacio-tiempo.Para la Teoría de la Relatividad no existe ningún momento que tenga validez universal: dos acontecimientos pueden ocurrir simultáneamente para un observador, pero otro observador que se mueva respecto al primero de ellos percibirá esos dos acontecimientos sucesivamente, no al mismo tiempo..Lo que implica que el mundo no sucede sino simplemente existe. La flecha del tiempo la ponemos nosotros. Somos los arqueros que permiten que el Universo tenga una historia con pasado, presente y futuro.
- Prigogine, ganador del Premio Nobel de Química en 1977 por su contribución al estudio de los procesos irreversibles y de la termodinámica de los sistemas complejos, añade a la teoría clásica, relativista y cuántica la así llamada física de los procesos alejados del equilibrio. Ha podido establecer que en condiciones alejadas del equilibrio, la materia es capaz de apreciar diferencias en su entorno y de reaccionar con grandes efectos a pequeñas fluctuaciones.Para este autor las grandes líneas de la historia del universo están hechas de una dialéctica entre la gravitación y la termodinámica.Nuestra magnitud respecto al Universo guarda así una estrecha relación con nuestra capacidad de interactuación con él: según la Relatividad nosotros somos el tiempo del Universo.
Nuestro universo es el resultado de una transformación irreversible y proviene de otro estado físico, no del vacío cuántico. La transformación del espacio-tiempo en materia, en el momento de la inestabilidad del vacío, corresponde a una explosión de entropía, a un fenómeno irreversible.En consecuencia, el universo no está condenado a la extinción, como expone la teoría clásica, sino que puede renacer si la inestabilidad original se llega a reproducir.
Respecto al tiempo, como señala Prigogine, los desarrollos recientes de la termodinámica nos proponen un universo que no es ilusión ni disipación, sino creación.
Uno de los mayores condicionantes de nuestra existencia, de nuestro conocimiento, de nuestra percepción y de nuestra cultura, es también uno de nuestros mayores misterios. Bergson lo expresa así:”nosotros no pensamos el tiempo real, pero lo vivimos porque la vida desborda a la inteligencia”. Parece decirnos que, ya seamos los arqueros del universo que ponemos la flecha del tiempo, como decía Einstein, o ya seamos parte de la corriente de irreversibilidad que cruza el universo, como dice Prigogine, la vida nos desborda y conduce por senderos en los que el tiempo emerge más como una cultura que evoluciona con nuestros conocimientos, que como uno de los fundamentos metafísicos del mundo real.
Nuestro universo es el resultado de una transformación irreversible y proviene de otro estado físico, no del vacío cuántico. La transformación del espacio-tiempo en materia, en el momento de la inestabilidad del vacío, corresponde a una explosión de entropía, a un fenómeno irreversible.En consecuencia, el universo no está condenado a la extinción, como expone la teoría clásica, sino que puede renacer si la inestabilidad original se llega a reproducir.
Respecto al tiempo, como señala Prigogine, los desarrollos recientes de la termodinámica nos proponen un universo que no es ilusión ni disipación, sino creación.
Uno de los mayores condicionantes de nuestra existencia, de nuestro conocimiento, de nuestra percepción y de nuestra cultura, es también uno de nuestros mayores misterios. Bergson lo expresa así:”nosotros no pensamos el tiempo real, pero lo vivimos porque la vida desborda a la inteligencia”. Parece decirnos que, ya seamos los arqueros del universo que ponemos la flecha del tiempo, como decía Einstein, o ya seamos parte de la corriente de irreversibilidad que cruza el universo, como dice Prigogine, la vida nos desborda y conduce por senderos en los que el tiempo emerge más como una cultura que evoluciona con nuestros conocimientos, que como uno de los fundamentos metafísicos del mundo real.
Gracias a las aportaciones de los procesos irreversibles y de la termodinámica de los sistemas complejos podemos afirmar que la ley de causalidad no es más que la concepción vulgar del tiempo expresada en jerga científica.
1 comentario:
Me gusta mucho esta entrada. La información es oportuna. Señalar especialmente la profundidad de la temática. También las relaciones que podemos establecer con las frases que en su día trabajamos en clase. Por ejemplo, si recuerdas la educación era (?) nos preguntabamos un proceso ciclico. Y lo que significativo el final del texto que trabajaremos en módulos proxímos. La teoría de la compelejidad.
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